Diferentes enfermedades infecciosas pueden transmitirse a través del aire.
Una persona enferma al hablar, toser, estornudar, emite gotas pequeñas que llegan no más de 2 metros de distancia, o bien gotas más grandes que quedan suspendidas en el aire, según el tipo de enfermedad.
Las pequeñas gotas que caen a corta distancia son las que se producen en los pacientes con influenza o gripe, infección por adenovirus o con Covid 19. La tuberculosis, el sarampión, la varicela originan gotas más grandes que suspendidas en el aire, pueden contagiar a otra persona.
Debido a esto es muy importante evaluar la “calidad del aire” en las áreas de atención de los pacientes. Un aire “de calidad” debe tener:
- Una Temperatura confortable
- Humedad media (45% – 55%)
- Ventilación apropiada que permita el ingreso del aire exterior, distribuyéndolo por el interior del ambiente y filtre o diluya los posibles contaminantes del aire
Para una adecuada ventilación es necesario que el aire exterior ingrese al área, filtrado de partículas nocivas (polvo, polen, etc.) y luego sea extraído del sector, en el sector opuesto al del ingreso. Así, el aire “limpio” filtrado ingresa al área, y luego de circular por el sector, es extraído, periódicamente hacia el exterior. Es importante que este proceso de inyección de aire “limpio” y extracción de aire “contaminado” se realice con periodicidad, sea en forma cruzada, y con un flujo desde el área más limpia a la más sucia.
De esta forma el AIRE del ambiente tendrá una MAYOR CALIDAD y un MENOR GRADO DE CONTAMINACIÓN, evitando la transmisión de enfermedades.
En los nuevos consultorios externos que la Clínica abrirá en calle Alberdi (Junín): la construcción, el funcionamiento y el mantenimiento de los sistemas de ventilación fue diseñado para que cumpla con estos requerimientos para el control de las infecciones.
Nota brindada por la Dra. Claudia García Rubio. Staff del servicio de Infectología y del Comité en Control de Infecciones de la institución.