En el día mundial del cáncer de Tiroides (24 de septiembre), la Dra. Leticia Peroni, médica endocrinóloga de la Clínica, nos brinda mayor información sobre esta enfermedad.
El cáncer de tiroides ocurre cuando las células normales de esta glándula se transforman en células anormales y comienzan a crecer de manera descontrolada. La tiroides es una glándula pequeña ubicada en la parte media del cuello, cuya función principal es producir la hormona tiroidea, esencial para regular diversas funciones del organismo.
Existen diferentes tipos de cáncer de tiroides: algunos son más frecuentes y de mejor pronóstico, mientras que otros pueden presentar mayor gravedad.
Síntomas y detección temprana
En las etapas iniciales, muchas personas no presentan síntomas y el diagnóstico puede surgir a partir de estudios de imágenes realizados por otro motivo.
Cuando aparecen señales, el síntoma más habitual es la presencia de un nódulo en la tiroides, que puede crecer lentamente o aumentar de tamaño en poco tiempo. En algunos casos puede detectarse al palpar el cuello o durante un examen médico de rutina.
Otros síntomas posibles son:
- Ronquera o dificultad para hablar
- Problemas para tragar o respirar
- Tos persistente o con sangre
Es importante destacar que estos síntomas no siempre significan cáncer, pero requieren una consulta médica oportuna.
¿Cómo se diagnostica?
Si se detecta un nódulo, el médico indicará estudios para determinar su origen. Entre las pruebas más utilizadas se encuentran:
Ecografía: crea imágenes detalladas de la tiroides.
Análisis de sangre.
Aspiración con aguja fina: se extrae una muestra de células para su análisis.
Gammagrafía tiroidea: menos frecuente, utiliza una sustancia radiactiva para evaluar el funcionamiento de la glándula.
Tratamientos disponibles
El abordaje dependerá del tipo de cáncer, el estadio en que se encuentre y las características de cada paciente. Entre los tratamientos más habituales se destacan:
Cirugía (tiroidectomía): extirpación parcial o total de la glándula.
Yodo radiactivo: utilizado tras la cirugía en algunos casos para destruir restos de tejido tiroideo.
Terapia hormonal: reemplazo con hormona tiroidea luego de la cirugía o el tratamiento con yodo radiactivo.
En situaciones específicas también se pueden indicar radioterapia externa o quimioterapia.
Después del tratamiento
El seguimiento médico es fundamental. Incluye controles periódicos con análisis de sangre, estudios de imágenes y revisiones clínicas. Estos controles permiten detectar a tiempo si el cáncer regresa o si aparecen complicaciones.
En caso de recurrencia, es posible indicar nuevas cirugías, yodo radiactivo, radiación o quimioterapia, según cada situación.
El rol del paciente
El tratamiento del cáncer de tiroides implica decisiones importantes. Por eso, los pacientes deben conversar abiertamente con su equipo médico acerca de:
Beneficios y riesgos de cada tratamiento
Alternativas disponibles
Consecuencias de no realizar una terapia determinada
La información clara y la comunicación permanente con los profesionales de la salud son claves para transitar este proceso con mayor seguridad y confianza.
👉 En el Día Mundial del Cáncer de Tiroides, reforzamos la importancia de la detección temprana, el control médico y el acceso a información confiable, herramientas fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Fuente de información: Dra. Leticia Peroni, médica endocrinóloga