El 31 de marzo es el Día mundial de concientización sobre el Cáncer Colorrectal.
Si bien es el cáncer más prevenible de todo el organismo sigue siendo la segunda causa de muerte en nuestro país tanto en hombres como mujeres. Es por ello que en esta fecha es importante hacer hincapié en los controles necesarios para su prevención. Una de ellas es la atención primaria, es decir la importancia de realizarse los controles clínicos anuales y en segundo lugar, a partir de los 45/50 años, realizarse una videocolonoscopia que es un método diagnóstico y terapéutico con una alta eficacia para diagnosticar y erradicar el pólipo colónico. O bien, un análisis de sangre oculta en materia fecal que se realiza a través del laboratorio.
Cuando no fue posible la prevención y se detectó un cáncer colorrectal, la intervención de un cirujano especializado es crucial, dado que la cirugía sigue siendo uno de los pilares fundamentales en la lucha contra el cáncer colorrectal, brindando esperanza y oportunidades de curación.
En nuestra institución, cada paciente recibe una atención integral y personalizada, donde se prioriza su bienestar y una decisión informada sobre el tratamiento a seguir. Para ello contamos con un Comité de Tumores, donde se suman las opiniones expertas de oncólogos, gastroenterólogos, patólogos, cirujanos y especialistas en diagnóstico por imágenes y acuerdan los pasos clave en el proceso de tratamiento.
El tratamiento quirúrgico, guiado por los más altos estándares de calidad y precisión, implica la extracción del segmento intestinal afectado por el tumor, así como de los ganglios linfáticos asociados al mismo. La cirugía laparoscópica colorrectal ha revolucionado nuestros procedimientos, permitiendo beneficios significativos para nuestros pacientes en términos de recuperación y bienestar.
Es fundamental destacar que, si bien los procedimientos quirúrgicos pueden ser complejos, los avances en tratamientos oncológicos han transformado la realidad de muchos pacientes, ofreciendo una mayor expectativa de vida incluso en estadios avanzados de la enfermedad. Sin embargo, la detección temprana sigue siendo nuestra mejor arma en la lucha contra el cáncer colorrectal, aumentando las posibilidades de curación y evitando procedimientos quirúrgicos más invasivos.