Desde hace 34 años todos los 28 de mayo se celebra este día con el propósito de reafirmar el derecho a la salud como un derecho humano de las mujeres al que deben acceder sin restricciones o exclusiones de ningún tipo y a través de todo su ciclo de vida.
Un estudio reciente realizado por la actual secretaría de Salud de la Nación reveló que las mujeres argentinas se preocupan más por la salud de su familia que por su propio cuidado. A pesar de las diferencias de edades y de lugares de residencia, surgió en el estudio la figura de la mujer como sostén para llevar adelante el hogar: ellas tienen un rol activo y solitario en el hogar en cuestiones que hacen a los procesos de salud-enfermedad. “No tengo tiempo” es el principal argumento de muchas mujeres que dejan su salud al final de la lista de prioridades, luego de los hijos, la familia y el trabajo. Poner en primer puesto la propia salud es un derecho que también hay que defender.
Por eso consideramos que es necesario instalar un recordatorio potente para concientizar sobre el cuidado de la propia salud, y sobre las múltiples causas de enfermedad y muerte que afectan a las mujeres. Qué chequeos médicos no pueden faltar a lo largo de su vida.
Conversamos con la Dra. Carolina Ghía, staff de Servicio de Ginecología de Clínica La Pequeña Familia, para abordar algunos ejes en este tema y conocer los controles que desde niñas a adultas hay que atender.
¿Cuáles son los descuidos en salud más usuales en las mujeres?
Habitualmente las mujeres desempeñan múltiples roles tanto dentro como fuera del hogar, lo cual suele acarrear una postergación en el cuidado de la propia salud. Es muy frecuente que se realicen de forma correcta los controles de salud de los niños, pero se menosprecia la importancia de cumplir con los chequeos de salud de las mujeres del hogar. Son ellas, en general, las encargadas de llevar al día el calendario de vacunación de los niños pero no suele haber otros miembros en la familia que fomenten la concurrencia al control de las mujeres adultas. Es habitual que deba surgir de la propia motivación.
Una situación muy frecuente también es la falta de consulta ante la aparición de ciertos síntomas ginecológicos y esto obedece a múltiples factores. Principalmente temores ante la posibilidad de encontrar enfermedades graves que puedan requerir tratamientos invasivos o agresivos; existen muchos mitos respecto del cáncer y su evolución. Es importante destacar que, gracias al avance de la ciencia, la mayoría de los cánceres de origen ginecológico tienen varias opciones de tratamiento con muy buenas expectativas de respuesta.
Otro de los factores que influyen en la falta de consulta está relacionado con los tabúes sociales que existen alrededor de las enfermedades genitales y la sexualidad. Si bien se ha progresado mucho en este aspecto, muchas mujeres manifiestan sentimientos de vergüenza o culpabilidad que retrasan una consulta oportuna. Afortunadamente, los profesionales estamos dejando atrás rígidas posturas que (desde lo moral y no desde lo médico) limitaban la libertad de las mujeres en el ejercicio de su derecho a acceder a recibir atención en cuestiones fundamentales relacionadas a su salud. Es de vital importancia que los profesionales involucrados en el cuidado de salud de las mujeres reconozcamos nuestro rol en acompañar y respetar sus derechos.
¿Cuáles son las causas de muerte por enfermedad que más afectan a las mujeres?
Las principales causas de muerte en las mujeres se relacionan con enfermedad cardiovascular, cáncer (cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de pulmón) y enfermedad respiratoria crónica. La mayoría de estas patologías tienen factores genéticos predisponentes que no son modificables, pero, sobre todo, tienen un gran número de FACTORES DE RIESGO MODIFICABLES sobre los que es fundamental actuar para poder disminuir el número de pacientes que sufren estas enfermedades. Muchas de estas patologías tienen también estudios de TAMIZAJE/SCREENING o presentan síntomas de manera temprana, lo cual nos brinda la invaluable oportunidad de la detección precoz para aumentar el número de pacientes que sobreviven al verse afectadas por ellas.
¿Cuál es la importancia de contar con un médico de cabecera quien adecuará los estudios según la edad y antecedentes personales y familiares?.
En relación con la pregunta anterior, es fundamental el rol de un profesional capacitado que pueda evaluar a las pacientes de manera integral adecuando a cada una de ellas tanto las maniobras de examinación en el examen físico como los exámenes complementarios que se le solicitarán. Esto permitirá mejorar la prevención y el diagnóstico de enfermedades sin exponer a las pacientes a maniobras/estudios innecesarios. Respecto de las mujeres en especial, así como todas las personas con útero y mamas, los especialistas en Ginecología nos sumamos en paralelo al control de salud de nuestras pacientes (habitualmente realizado por médicos clínicos) para poder ofrecer de manera específica asesoramiento y evaluación en lo relacionado a nuestra especialidad.
¿Cuáles son los controles básicos y preventivos para las mujeres?
Las acciones que se llevan a cabo dentro de la consulta ginecológica tienen por objetivo fomentar la salud integral, y también detectar de manera precoz las enfermedades que pueden afectar los órganos ginecológicos. Para ello, es importante realizar una minuciosa anamnesis (interrogatorio médico) donde podamos conocer en detalle los antecedentes personales y familiares de la paciente. Debemos saber reconocer, de acuerdo a cada etapa de la vida, los distintos síntomas que pueden afectar los ciclos menstruales, la vida sexual y la planificación familiar. Es MUY IMPORTANTE enfatizar en las variaciones NORMALES tanto de la anatomía como de la función de los órganos ginecológicos, ya que la sobreexposición a información de mala calidad suele generar en las pacientes sensación de patología cuando no hay tal. La consulta ginecológica es un escenario ideal para tratar temas que apunten a la prevención de la violencia de género y el abuso.
Habitualmente, en las primeras consultas alrededor de la pubertad, se abordan temas como ciclo sexual, desarrollo físico, planificación familiar y prevención de infecciones de transmisión sexual. También corroboramos la correcta aplicación de la vacuna contra el HPV (a los 11 años, dos dosis separadas por 6 meses). De igual manera, se refuerza la importancia de adquirir hábitos de vida saludables (alimentación, ejercicio físico, etc.).
Luego del comienzo de la actividad sexual y durante la edad adolescente y adulta joven de las pacientes, se enfatiza en los métodos de prevención de ITS y embarazo no planificado, así como de las opciones existentes ante el fallo de alguno de ellos. Comenzamos a realizar el Papanicolaou (PAP) a partir de los 2-3 años del inicio de las relaciones sexuales. Este estudio permite detectar lesiones precancerosas del cuello uterino y, a través de su tratamiento, prevenir el cáncer de cérvix. Deberíamos realizarlo anualmente al menos los primeros tres años y luego cada 3 años (según los hallazgos) hasta los 69 años. Es importante que las pacientes conozcan que independientemente del género de sus contactos sexuales, existe posibilidad de contagio de HPV y, por ende, necesidad de comenzar este control. Comenzamos también en esta etapa la exploración mamaria anual, que consiste en el examen físico realizado por el médico y el estímulo al autoexamen. Los exámenes complementarios (ecografías y laboratorio) se solicitarán sólo si son necesarios de acuerdo a lo hallado en la consulta.
A los 40 años de edad comenzamos a indicar otro estudio: la mamografía. Es una “radiografía de las mamas” que permite el diagnóstico precoz del cáncer de mama y su tratamiento oportuno. Debe realizarse anualmente. Es un estudio que genera mínimo disconfort pero que permite salvar muchas vidas.
Más adelante, en la perimenopausia, comenzamos la evaluación de distintos factores que puedan afectar la salud ósea de las pacientes. Solicitamos distintos exámenes de laboratorio o densitometría mineral ósea, de acuerdo a la necesidad individual de cada paciente.
Es importante mencionar que no somos quienes hacemos Ginecología los únicos encargados del cuidado de la salud de las pacientes. Los especialistas en Pediatría y Clínica Médica juegan un rol fundamental en el cuidado integral de la salud, teniendo una visión más global. De igual manera, los distintos especialistas (endocrinología, dermatología, etc.) participan en el abordaje interdisciplinario que nos permite ofrecer a nuestras pacientes múltiples herramientas para el cuidado de su salud.
En Clínica La Pequeña Familia, la posibilidad de contar con un sistema de Historia Clínica Electrónica nos permite interactuar de manera ágil y fluida con los demás especialistas al poder acceder a las evaluaciones de los demás colegas y tomar decisiones de manera conjunta, reduciendo los tiempos de interconsulta y mejorando la calidad de atención.
A modo de resumen, los controles ginecológicos básicos son:
-Examen físico ginecológico y mamario anual
-PAP desde los 2-3 años de Inicio de relaciones sexuales. Anual por 3 años, luego cada 3 años. Hasta los 69 años
-Mamografía anual desde los 40 años
-Resto de los exámenes complementarios según hallazgos en la consulta
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